Así lo advirtió este martes la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), que subrayó que la asistencia humanitaria «no es un trabajo para mercenarios».

La ONU denuncia una «cacería masiva»
«Francotiradores disparan contra las muchedumbres como si tuvieran licencia para matar, es una cacería masiva de personas con total impunidad», indicó en un comunicado el comisionado general de la agencia, Philippe Lazzarini, a quien Israel niega la entrada en Gaza desde hace más de un año.
Una fundación polémica para el reparto de ayuda
Las autoridades israelíes han bloqueado desde marzo, incluso antes de la ruptura unilateral del alto el fuego, la entrada en la Franja de alimentos y otros bienes de extrema necesidad, y desde mediados de mayo puso en manos de la Fundación Humanitaria de Gaza, creada por Israel y EE.UU., la labor de entrega de asistencia.
Esa fundación, que tenía sede oficial en Ginebra (aunque las autoridades helvéticas ordenaron su disolución a principios de este mes), está ligada a exmilitares y antiguos responsables de inteligencia de EE.UU., y la ONU rechaza colaborar con ella.
«Sus supuestos métodos de distribución son una sádica trampa mortal», subrayó en su comunicado Lazzarini, quien afirmó que son Naciones Unidas y sus socios humanitarios «quienes tienen la experiencia y los recursos necesarios para brindar una asistencia segura, digna y con la escala necesaria».

Esta ayuda no sólo debería incluir alimentos sino también otros bienes básicos como pañales, agregó Touma, quien relató que en Gaza muchas madres usan bolsas de plástico para suplir la falta de estos productos esenciales para sus bebés.