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La explotación sexual en España: mujeres latinas, redes pequeñas y en pisos particulares

CÓDIGO INFORMATIVO, REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El perfil de las personas víctimas de trata de explotación sexual en España suele seguir un mismo patrón: mujer originaria de Sudamérica que viaja con falsas expectativas de empleo por parte de redes criminales, generalmente pequeñas, que las fuerzan a prostituirse en domicilios particulares, dificultando así la labor de los investigadores.

Según ha explicado el jefe de la Brigada Central de Trata de Seres Humanos de la Policía Nacional, Fernando Guerrero, en declaraciones a EFE, este es el perfil con el que más se encuentran en el ámbito de la trata de personas, si bien ha precisado que se trata de un fenómeno «muy evolutivo».

En su inmensa mayoría las víctimas vienen a España procedentes de países de habla hispana, sobre todo Colombia, Venezuela, Paraguay, Brasil y República Dominicana. También hay una «influencia importante» de la trata de mujeres del continente asiático, en concreto China.

De acuerdo a los datos de los que dispone el Ministerio del Interior, el año pasado los agentes realizaron 89 atestados contra organizaciones criminales especializadas, en los que identificaron a 237 víctimas de trata y a 281 autores de este tipo delictivo.

Una concentración contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños.
Una concentración contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños. EFE/Ángeles Visdómine

En el marco del Día Mundial Contra la Trata de Personas, la brigada policial especializada en luchar contra esta lacra ha hecho balance de la situación actual en España, un «fenómeno importante» en un país que, en muchas ocasiones, es un lugar de tránsito para las víctimas, que son desplazadas a otros países de Europa por las organizaciones criminales.

Es habitual que la explotación sexual se realice en domicilios particulares, lo que dificulta el trabajo de los investigadores al estar protegidos por la legislación. Además, esta explotación sexual se lleva a cabo por organizaciones pequeñas que necesitan «poco personal» gracias a los medios «online» de los que disponen para la captación de potenciales víctimas.

Normalmente, los traficantes tratan de que las víctimas contraigan una deuda con ellos, que suelen prolongar artificialmente bajo falsos pretextos, como tener una conducta «inadecuada» a ojos de la red criminal.

Más allá de la deuda, también es habitual que recurran a la violencia física y psíquica para lograr retener a las víctimas en los pisos donde son explotadas.

Por: Agencia EFE

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