La condición previa a lanzar la ofensiva es la creación de unas «zonas de seguridad», cuya ubicación no detalló, a las que desplazar a la población y en las que Netanyahu aseguró que se le dará «comida, agua y atención médica». A principios de julio, la ONU advirtió que estas áreas pueden constituir «campos de concentración» de facto.
En una conferencia ante la prensa internacional -la primera de este tipo desde hace un año-, el mandatario no detalló cuándo el Ejército forzará estos desplazamientos, si bien sí señaló que por el momento el objetivo es movilizar a la población de uno de estos «bastiones», la ciudad de Gaza.

«El plazo que hemos fijado para esta actuación es muy pronto. Quiero decir, primero vamos a permitir que se establezcan las ‘zonas seguras’, instalaciones a las que llevar a la población civil de la ciudad de Gaza para que pueda salir, igual que salieron de Rafah (sur)», anunció en la rueda de prensa celebrada en su oficina en Jerusalén.
Israel designó Rafah (sur) como la ciudad a la que la población tenía que evacuar hasta que, el 6 de mayo de 2024, el Ejército lanzó una operación contra ella, forzando el desplazamiento de los 1,4 millones de personas que allí se refugiaban (de una población de 2,1 millones) hacia las costas sureñas de Mawasi y otros puntos de Gaza.
El mandatario asemejó dicho desplazamiento al que Israel busca promover ahora, asegurando que entonces les llevó entre seis y ocho días movilizar a quienes se refugiaban en esta ciudad, fronteriza con Egipto.