Los jefes de Estado y de Gobierno del G7 han empezado a llegar a Japón, sede de una cumbre que volverá a tener la guerra en Ucrania como punto destacado de la agenda y a la que las autoridades niponas quieren dotar de especial simbolismo celebrándola en la ciudad de Hiroshima, vestigio histórico de la utilización de armas nucleares en un conflicto.
El Gobierno japonés ha movilizado a unos 24.000 efectivos de seguridad para resguardar esta cumbre, ante la preocupación suscitada por el asesinato en julio de 2022 del ex primer ministro y el estallido de una bomba de humo en abril de este año en un acto del actual jefe del Ejecutivo, Fumio Kishida.
Las autoridades han restringido la movilidad en ciertas zonas e incluso suspendido las clases para evitar problemas de circulación. Entre los lugares cerrados figura el parque homenaje a las víctimas del ataque nuclear, que los líderes internacionales prevén visitar en el primero de los tres días de cumbre.
El G7 (Grupo de los Siete) se encargan de discutir, analizar y de cooperación económica, y se runen cada año, es decir, los a los jefes de esos países y de Gobierno de siete de los países más industrializados del mundo (Francia, Estados Unidos, Canadá, Japón, Reino Unido, Italia y Alemania)