Sin duda, Portugal viró a la derecha en estos comicios tras más de ocho años en el poder de António Costa, pero buena parte de los votos fueron a parar al partido de ultraderecha Chega, que cuadriplicó los escaños frente a los que obtuvo en 2022.
Con el 99,01 % de los sufragios escrutados, el PS obtuvo el 28,66 % de los votos (77 escaños) frente a AD, que logró el 28,63 % de los sufragios, que se suman al 0,86 % conseguido por los partidos que integran esa alianza en Madeira, llegando a 79 asientos. Chega está tercero, con el 18,06 % de los sufragios (48 escaños), seguido de Iniciativa Liberal, que logró 5,08 % votos (8 escaños).
Por detrás, están el Bloque de Izquierda, con el 4,46 % de los sufragios y cinco escaños; la alianza de comunistas y verdes, CDU-PCP, con el 3,30 % de sufragios y cuatro escaños; el ecologista Livre, con el 3,26 % y 4 diputados; y el animalista PAN, con el 1,93 % y un asiento.
Los socialistas serán oposición
Por detrás, están el Bloque de Izquierda, con el 4,46 % de los sufragios y cinco escaños; la alianza de comunistas y verdes, CDU-PCP, con el 3,30 % de sufragios y cuatro escaños; el ecologista Livre, con el 3,26 % y 4 diputados; y el animalista PAN, con el 1,93 % y un asiento.
Nada estaba claro conforme fueron sabiéndose los resultados, que el dirigente del PS, Pedro Nuno Santos, salió a conceder la victoria a AD y anunció que lideraría la oposición.
“A pesar de la diferencia tangencial entre nosotros y AD sin menospreciar los votos de los círculos electorales de nuestras comunidades (en el extranjero), todo indica que el resultado no permitirá al PS ser el partido más votado”, dijo Santos en su comparecencia en un hotel de Lisboa.
Pese a haber concedido la victoria a AD, Santos reiteró que el PS no va a apoyar ninguna moción de rechazo que pueda presentarse al inicio de la nueva legislatura frente a un Gobierno minoritario de AD, porque no está en condiciones de presentar un Ejecutivo alternativo.